QUERIDÍSIMA TIERRA
Yo nací en una tierra bravía;
parda y gris donde crece la encina,
donde pastan los toros de lidia,
donde anida la fiel golondrina.
Donde el duro trabajo del campo
al labriego, la tez endurece,
con el sudor, va regando los surcos
y la tierra su gesto agradece.
Esa tierra me dio su calor,
su bravura y nobleza a la vez,
como madre, me dio su sustento
y sus aguas calmaron mi sed.
En sus valles crecían las flores.
en sus besanas crecía la mies,
donde el trigo dorado le daba
ese pan que sería después.
¡que agradables mañanas de Mayo!
¡que magnificas tardes de Abril!
donde el dulce cantar de los pájaros
alegraban mi vida infantil.
El croar de las ranas se oía
cuando de noche observaba yo el cielo,
las estrellas brillaban en él
y salía a cazar el mochuelo.
Esa tierra me dio su fragancia
y mi cuerpo se impregnó con ella,
por sus aguas yo fui bautizada
y sus caminos tomaron mi huella.
Con el tiempo, y ya en la distancia
miro el cielo a la orilla del mar,
y en mis ojos está una añoranza
que lágrimas me hace brotar.
¡queridísima tierra labriega
que me diste la vida en tu ser!
por tus campos corrí siendo niña
y junto al mar, yo me hice mujer.
El me amarra con fuerza a su lado
porque sabe que yo soy de él,
y a través de su espejo me deja
ver la tierra que yo tanto amé.
De tus campos labriegos me fui
a buscar otro mundo de sueños,
parte de ellos los he conseguido
y otros tantos aún sigo tras ellos.
Cuando cierro los ojos te veo
con tus campos sembrados de trigo,
de tu sol aún conservo el calor
y tus aires los siento conmigo.
Tu presencia la llevo tan dentro
como llevo la sangre en las venas,
y al poner en mis labios tú nombre
tu no sabes, lo bien que me suenas.
PEPITA CALLES