MADRINAS 2021
Como viene siendo habitual desde hace años, la festividad de las Madrinas en Guadramiro, se celebra el segundo domingo de octubre, trasladándose a todo el fin de semana. Además, este año, para muchos, era puente, por el 12, día de la Hispanidad.
Con la pandemia en mínimos, las normas nos daban tregua para poder desarrollar ciertas actividades, pero siempre con precaución.
Como todo, requiere preparativos. Las cosas no se hacen solas. Las mujeres, con mucho cariño y dedicación, preparaban la iglesia, la virgen los pendones… Javi colocaba el escenario en la plaza. Se colocaban los carros para el certamen de tamboril. El bar y churrería se instalaba en la plaza… y así otras muchas cosas que sería aburrido describir.
Llegaban más hijos y descendientes de Guadramiro. El tiempo parecía que iba a acompañar, aunque en octubre en cuanto se esconde el sol, refresca.
Así, el viernes y sábado por la mañana, ya se veía ambiente en el bar de la plaza. La gente también desfilaba a por churros.
Por la tarde, los niños impacientes corrían a disfrutar de colchonetas y castillos hinchables, así como de diversos juegos de madera, de tipo tradicional, novedad de Carlos Huertos. Los niños, como siempre, los más agradecidos, disfrutaron de una buena tarde en armonía, junto con sus padres y familiares. Pequeños y mayores gozaron de lo lindo, a la vez que recordaron que sin videojuegos también es posible pasárselo bien.
El ágora guadramirense ejercía de corazón de la villa, latiendo por momentos, como en los viejos tiempos.
Por la noche, “fresquita” y con chaqueta, actuaba el grupo tradicional Malajota Folk.
Ya el domingo, el repique de campanas llamaba a misa, mientras el aroma anunciaba que se estaba preparando la caldereta. A la salida, todos a tomarse el vermú en la plaza, con un pincho bajo un sol agradable. Ya iba sonando el tamboril y comenzaban los primeros bailes.
Así, a las 14:00 horas, la gente formaba fila junto al árbol de la iglesia para llevar y degustar una estupenda caldereta de carne. Casi 300 raciones repartidas. A ver si el próximo año, ya, nos la podemos tomar todos juntos.
Sin mucho tiempo para el café, las campanas de la torre volvían a llamar al Rosario; y volvían a repicar anunciando el comienzo de la procesión de la Virgen. Los pendones volvían a hondear orgullosos por las calles de Guadramiro, a la vez que las guapas charras portaban la rosca y otros voluntarios cargaban con Nuestra Señora.
Bonita procesión, elegante y con gente de todas las edades, que entraba en la plaza para hacer un descanso y la esencia de la fiesta. Se hacía el ofertorio a la sombra del Ayuntamiento, y a continuación, se bailaba la rosca. Nieves y Pepe, al son del tamboril de Albert. La estampa la veían desde el cielo tres ascendientes de los protagonistas: Jesusa, José Manuel y Andrés qué tantas veces la bailaron.
Tras la subasta de la rosca que realizaba Andrés José, alcanzaba 70 euros. Se la llevó Juan Andrés y Tina. Finalizada la ceremonia, la virgen y todo su séquito se encaminaban de nuevo a la iglesia, esta vez al son del tamboril de Diego. Allí nos protegerá un año más hasta su nueva salida. A ver si se animan esas candidatas a madrina.
Después del acto religioso, entre antiguos carros, que nos recuerdan que tenemos mucho que conservar, comenzaba en la plaza el III Certamen de tamborileros Andrés Calles, homenajeando al gran tamborilero, así como a toda esa raíz e identidad de Guadramiro como pueblo, a lo largo de la historia, cuna de grandes bailadores, indumentaria…
Con un cartel envidiable y una tarde muy apacible, los diversos folcloristas venidos desde todas las partes de la provincia deleitaron al personal asistente, muy participativo y dispuesto, para poner broche y final a las fiestas de las Madrinas 2021.
Anochecía bajo el son de las castañuelas y la algarabía. Guadramiro vivía un día más.
Hasta el año que viene.
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Asociación Cultural La Antanica