Cofradía de San Cristóbal. HISTORIA DE LA COFRADÍA

 

Algunos cofrades en la ermita

 

La imagen de San Cristóbal que hoy se venera en la ermita de Nuestra Señora del Árbol, en Guadramiro, se talló en 1585 por Lucas Mitata; artista presumiblemente italiano, autor de otras obras de gran interés en la provincia salmantina.

 

La escultura de 3 metros de altura (3 m hasta el palo, 2,90 hasta el niño, 2,72 hasta la cabeza, y 1,80 de ancho por 0,60 de canto), fue tallada en una única pieza de un gran tronco de nogal negro, para presidir una de las ermitas de cuantas hubo en Guadramiro, situada en lo alto del Teso de San Cristóbal, próximo al pueblo, el cual ha heredado su nombre.

 

Según la descripción en el libro de los lugares y aldeas del obispado de Salamanca (1604-1629), de A. Casaseca y J.R. Nieto, ya se cita la existencia de dicha ermita y de la talla: “Aquí hay otra ermita de San Cristóbal, muy bien tratada, con su cuerpo de iglesia y capilla, tiene una famosa imagen de San Cristóbal, de talla dorada, que costó 300 ducados, no tiene renta de consideración”

 

Es, pues verosímil que dicha ermita existiera con anterioridad a la construcción de la talla de su patrón. Esta ermita desapareció con fecha y motivos imprecisos. Si bien, por el “boca a boca” se dice que fue por causa de un fuego.

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Vista del pueblo desde donde se ubicaba la ermita de San Cristóbal.

 

El caso es que la imagen se salvó y sabemos en qué año fue colocada en la iglesia parroquial, gracias a las ordenanzas y constituciones de la Cofradía, por lo que el fuego de la ermita no debió ser muy lejano a esta fecha: 1748.

 

En el lugar de Guadramiro el 26 de Junio de 1748, estando juntos los Cofrades que pretenden ser del Glorioso Martir San Cristóbal, en la casa del Sr Don José Vicente Maldonado y Ormaza, especialmente Señor Don José, y Don Isidro Diez Nieto de la Peña, Don, Juan de Fonseca, Pedro Holgado, José Cañizal,  Pedro Martín, Juan Vicente Rodriguez, Ventura Martín, Don Carlos García, Pedro Fuentes, Cristóbal Holgado Zato, y Juan Pazos; acordaron y dijeron: que por cuanto la imagen del Glorioso Martir San Cristóbal se ha colocado en la Iglesia Parroquial de S Salvador de este pueblo de Guadramiro en su capilla, con licencia del Señor Doctor Don Manuel Salvanes, Gobernador General de este Obispado, y para que el culto, veneración y piedad cristiana a dicho Santo no desfallezca, antes bien vaya en aumento, acordamos pedir como pedimos, licencia al Illmo. Sr. Don José Sanchez Granados obispado de Salamanca, para hacer y fundar una hermandad y Cofradía con el título de Glorioso Martir San Cristóbal…”

 

De este interesante documento, y de esta reunión de la Cofradía sacamos bastante información; como el lugar de la reunión, que no es otro que el Palacio que hubo en Guadramiro, pues el Sr. Don José Vicente Maldonado, es el I Marques de Castellanos. Fue el primero que ostentó dicho título, posterior a esta reunión, por su heredad  y elevación del título de Señor que hasta entonces había llevado él y toda su ascendencia de esta familia tan importante de Guadramiro.

También por la importancia de las personalidades allí presentes, con distinción de “Don”, como es el caso de Don Isidro Diez Nieto de la Peña, otro de los grandes nobles que habitaban Guadramiro, de sobra conocido por su aparición en diversos documentos de la época, tanto de él como de sus ascendientes y descendientes.

Y sobre todo por ver como renovaron y actualizaron unos estatutos que todos debían cumplir, pues el resto del documento es toda la normativa estatutaria aprobada para dar continuidad a la Cofradía y a su Santo ubicado en otro emplazamiento; la iglesia de Guadramiro.

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Imagen de la talla tras su última restauración, que le cambió algunos colores.

En otro documento de 1866 ya aparece en un nuevo emplazamiento, en la ermita cuya titular es la virgen de Nuestra Señora del Árbol.

Desde entonces no ha vuelto a salir de esta ermita; ni para ser restaurado en tres ocasiones (la última en 2004), ni para sacarlo en procesión, debido a su gran tamaño y peso, pero sobre todo por el peligroso manejo que requiere “este gigante”.

 

La imagen inicialmente se colocó en el lateral derecho de la ermita, pues el frontal lo ocupaba la imagen de Nuestra Señora.

 

En 1972 se traslada la imagen de San Cristóbal al presbiterio, presidiendo dicha ermita, y se desplaza la imagen de la Virgen al lugar que antes ocupó la imagen de San Cristóbal.

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Ermita de Nuestra Señora del Árbol, en la que se guarda actualmente a la talla de San Cristóbal.

La historia de la cofradía corre pareja, según los datos con los que contamos, con la historia de su imagen. Sin embargo, es lógico pensar que la antigüedad de esta es superior a la de aquella. La devoción a San Cristóbal es muy antigua en España y Portugal desde el siglo XV e incluso antes.

 

En nuestro caso, la primera referencia data de 1583, dos años antes al tallado de la imagen, en una Bula Papal. Es la Bula Pontificia por la que el Papa Gregorio XIII, que reformó el calendario juliano para pasar al gregoriano, concede Jubileos, Gracias e Indulgencias a “los cofrades de la Cofradía de Sn. Chistobal, sita en el Lugar de Guadramiro, del Obispado de la ciudad de Salamanca”. La Bula se cierra con el siguiente texto: “Dada en Roma apud Sanctum Petrum anno incardinationis Dominicus 1583 Aprilis Pontificatus nostri anno undécimo”.

 

                              El original de este documento, escrito en latín, se encontraba en el archivo de la Iglesia Parroquial, desconociendo si realmente se encuentra actualmente allí. La copia que usamos, traducida al romance (español) lo es, a su vez, de otra anterior que firmó el Notario Apostólico, D. Francisco Lozano Holgado, en Guadramiro, el dieciséis de diciembre de 1686, para que se incorporase al libro de asiento de cofrades y, de esa forma, pudiese consultarse y no perderse como ya había sucedido con anterioridad.

 

                             

También cabe señalar que la primera de las actas de la que tenemos constancia es de 1816 en la que se hace referencia,  de manera muy imperfecta, al número de hermanos cofrades y a la permuta anual en el desempeño de la Mayordomía por orden de antigüedad, y el nombramiento de enterradores y comisarios. A partir de ese año las actas son copias unas de otras, cada vez más deficientes, sin que exista una regularidad anual en la manifestación escrita. Nunca parece que se sobrepasare el número de cuarenta cofrades.

 

Los estatutos y las doce Constituciones y Ordenanzas aprobadas en el Palacio en 1748,  junto con algunas costumbres, han regido la Cofradía hasta 2018, en que se aprobaron los nuevos Estatutos de la Cofradía, adaptando las normas a los tiempos que corremos, bastante diferentes de los de mediados del siglo XVIII.

 

Los nuevos estatutos, aprobados recientemente, permiten ser cofrades a las mujeres, entre otras cosas.

 

Actualmente la cofradía está integrada por unos cuarenta y cinco cofrades, experimentando cierto auge y renovación en los últimos años. Cada año, uno de los cofrades es mayordomo, en orden de entrada, siendo ayudado en las tareas encomendadas por el próximo mayordomo entrante.

 

Con todo lo contado, podemos ver la historia de esta devoción. Esta religiosidad mantenida a lo largo de los siglos fue recompensada el 10 de Julio de 1972, tras la inauguración de las obras de mejora de la ermita, en la que colaboraron los vecinos de la localidad, y la colocación de la imagen en el frontal de la ermita, pasando la de Nuestra Señora al costado que anteriormente ocupó San Cristóbal.

 

Guadramiro decidió establecer esta festividad como la principal para sus vecinos, celebrándose este día dentro de un gran ambiente ceremonioso que a pesar de los años se mantiene.

Este mismo día, el 10 de Julio, día de San Cristóbal en el santoral, que se traslada al fin de semana más cercano a dicha fecha, se siguen celebrando las fiestas más importantes de Guadramiro, en honor a San Cristóbal.

Imagen que del altar que ocupa actualmente bajo una magnífica bóveda de crucería.

 

Además de los actos religiosos, la fiesta del patrón de los conductores ha ido dando paso a nuevos acontecimientos dirigidos al entretenimiento y diversión de cuantos se acercan a Guadramiro estos días. Las peñas, compuestas en su mayoría por los más jóvenes son esa otra parte de las fiestas marcadas por un profundo sentimiento religioso, que encuentran en el día del patrón, con la bendición de cientos de coches a las puertas de la ermita, uno de los actos más destacados, y que reúne a ciudadanos de todos los lugares.

También destacan las verbenas en la Plaza Mayor, contándose, en miles, los jóvenes que se desplazan a Guadramiro desde toda la comarca abarrotando el pueblo. Se han convertido, sin duda, en las fiestas más concurridas del mes de Julio en nuestra zona.

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Convites, juegos… y acontecimientos más tradicionales, como folclore y partidos de pelota a mano, son algunos de los eventos que se suman a unas fiestas con tanto sabor a tradición y que son una parada obligatoria en nuestro calendario.